¿Especie en extinción?

El corazón, supongo, me obliga a poner entre interrogantes lo que Eduardo San Martín, en el último número de la revista Periodistas, de la FAPE, da por hecho en la portada: Corresponsales: una especie en extinción.

Lo atribuye en su carta del director al repliegue impuesto por la crisis, a creer que el periodismo se agota en la transmisión de noticias o que éstas se pueden obtener gratis o casi gratis desde la distancia, a la interpretación mostrenca del concepto de proximidad…

«Nada de corresponsales, ¡Quiero noticias!", vocifera Mr. Powell en la primera secuencia de Enviado Especial (Foreign Correspondent), la película de Alfred Hitchcok basada en la novela ¡Noticia bomba! (Scoop), de Evelyn Waugh.

La cita, con la que Marta Molina abre el primer reportaje de la revista, indica que, el mal viene de lejos (1940). En el 76 un corresponsal español en Nueva York a quien conocí bien sobrevivía con 850 dólares y se sentía capitán general al ver a Delfín García, descolgado de los restos del ABC de las Américas, inventarse un periódico hispano con 15 pseudónimos salidos de la misma mano que repartía por restaurantes y consulados hispanos.

En El camino más corto, su vuelta al mundo bautismal, Manu Leguineche recoge infinidad de penurias del joven empeñado en conocer mundo para contarlo después en los periódicos. Alfonso Rojo, Julio Fuentes, Fernando Múgica, Miguel Gil, Gervasio Sánchez… y toda la saga de enviados especiales que les antecedieron o siguieron han sufrido, en un momento u otro, desgarros parecidos.

Docenas de veteranos como José María Carrascal, Virginia Hebrero, Berna González-Harbour, Ramiro Villapadierna, Paco Audije, María Dolores Albiac, Jesús Hermida, Georgina Higueras, Alfonso Armada… advierten contra un periodismo sin corresponsales, perdido entre el analista y el joven multimedia mal pagado. De paso por Madrid, Jon Lee Anderson confesaba en octubre que, en el despertar árabe, ha encontrado a varios periodistas españoles arriesgando la vida sin medios que los mantengan, pero con una admirable entrega a la profesión y a la defensa del mejor periodismo de guerra.

Uno de ellos, Antonio Pampliega, de 30 años, ha grabado su vía crucis en un video y lo ha distribuido por las redes. «He trabajado en zonas de conflicto desde enero de 2008», empieza diciendo. «He estado en Afganistán, Irak, Líbano y, últimamente, en Siria… Después de tres años cubriendo zonas de conflicto, nadie se ha dignado a darme una oportunidad para ver si valgo o no valgo». Hay que verlo: http://vimeo.com/53252881.